Elegir una vela perfecta:

Trucos y consejos

La Cera de Abeja es mucho más cara que las demás, siendo fácil de adulterar y, aunque su Aroma nos puede  dar una pista, es conveniente, para evitar engaños y distinguir la autenticidad de las calidades de cera existente en el mercado, conocer algunos trucos que nos ayuden a desenmascarar la verdadera calidad del producto que nos ofrecen.

El tamaño de la mecha

Algunos fabricantes utilizan un truco para enmascarar velas de simple parafina o grasas hidrogenadas y venderlas como si fueran Cera de Abeja empleando unas mechas más delgadas, consiguiendo así una llamita blanquecina (luz fría) capaz de producir escasos humos pero de poca fortaleza y luminosidad que con las primeras turbulencias del viento se apagarán.
 
Por el contrario la Cera de Abeja al ser más viscosa necesitará mechas gruesas para que la cera, por capilaridad, pueda ascender para alimentar la llama. Estas generarán una llama mayor pero con una combustión lenta y con intensa luminosidad amarillenta y cálida, capaz de aguantar mejor las turbulencias del viento.

La salpicadura en las "Levantás"

Su elevada viscosidad nos generará otro beneficio, y es que cuando se produce un movimiento brusco, como puede ser en la "Levantá de un Palio", la cera fundida de la vela salpicará a menor distancia que la parafina por lo que, por alcance, manchará menos el entorno.
 
Por el contrario las salpicaduras de las parafinas o las grasas hidrogenadas, al tener menos viscosidad, tendrán mayor recorrido y, si, además, unimos a esto su alto contenido en aceites, sus gotas se incrustarán en mantos y sayas manchándolos considerablemente.


Por el contrario, la Cera de Abeja, más densa y viscosa no penetrará en el tejido, y al carecer de aceites no los manchará.

La forma de los "mocos"

En el caso de los de Cera de Abeja, merced a su alta viscosidad, serán más densos y voluminosos, similares a las estalactitas. 

Los humos que emiten

Las velas fabricadas con cera de abeja emiten humos de color blanco siendo estos muy escasos; sin embargo, las velas de parafina emitirán humos oscuros derivados de los hidrocarburos que la componen que se incrustan en tejidos y tallas pudiendo ocasionar daños irreparables

El color de la Vela

El color de la Vela también puede indicar su origen. La cera de Abeja, durante su fabricación y debido al calor, suele tostarse, por lo que sus velas adquieren un tono marfil más oscuro que el resto. Por ello cuanto más clara sea la vela menos posibilidades tiene de ser de Cera de Abeja.


Para enmascararlo suelen añadir colorantes a las parafinas, pero hay un truco que consiste en encender la vela, y, con una tijera, cortar la mecha lo más pequeña posible; quedará una llama muy pequeñita que apenas podrá derretir la cera. Pero por efecto del calor, esa llama retostará la cera derretida del cubilete de la vela y, si esta es de abeja, el caldito se oscurecerá considerablemente, manteniéndose transparente en el caso de ser la vela de grasa o parafina.

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