La Cera Virgen de Abeja

La cera de abeja

La cera de abeja, con la que fabricamos nuestras velas, ha sido utilizada desde la antigüedad hasta nuestros días y, no solo para alumbrarnos, sino como uso cosmético y medicinal, debido a sus excelentes propiedades terapéuticas.

La encontramos en las colmenas formando panales de celdillas hexagonales, lugar donde las abejas depositan la miel.

Su color puede variar desde el amarillo intenso al pardo, dependiendo siempre del polen de las flores recogido por las abejas.

La cera de abeja funde entre 62 y 66°C

Su uso como principal componente en la fabricación de velas data de los tiempos más remotos. Sin embargo, su alto coste ha propiciado el uso de velas fabricadas con sustancias más económicas como grasas y parafinas. No obstante y gracias a propiedades como su alta luminosidad y limpia combustión, hace que hoy día sean muy apreciadas en entornos con un alto valor histórico y patrimonial.

 

Por otro lado los limpios vapores de su combustión ejercen un efecto purificador del aire, mejorando nuestra respiración, aliviando síntomas asmáticos y alérgicos, y evitando ennegrecer o ahumar los objetos que le rodeen.


 Propiedades que hacen que las velas elaboradas con esta materia gocen de una alta reputación y superen a las fabricadas con otro tipo de ceras.

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